2 de agosto de 2017

LOS ATLETAS Y EL DINERO


LOS ATLETAS Y EL DINERO

Amateurismo y profesionalidad

Es evidente que, para ser competitivos en el deporte de alto nivel, los atletas necesitan asistencia financiera. La palabra “AMATEUR” que predominaba el siglo pasado ha desaparecido ya no existe para el deporte de alta competencia. 

Actualmente, la situación tiende a la profesionalidad, tanto en términos monetarios como de entrenamiento a tiempo completo. Los entrenadores, administradores y atletas de alto nivel trabajan a tiempo completo y reciben distintos medios de apoyo de parte de los gobiernos, de su asociación o de los patrocinadores. Algunos incluso reciben premios en especie por su presencia y sus actuaciones.

El “atleta comercial”
Los deportistas de élite deben abordar el deporte de manera profesional; es lo que se exige actualmente. Algunos se entrenan a tiempo completo, mientras que muchos deben pedir un periodo ampliado de permiso en el trabajo a fin de prepararse para las competiciones importantes. Se podría decir que hemos pasado del deportista aficionado al profesional, aunque ya está surgiendo un nuevo tipo de deportista profesional: el “atleta comercial”.

Los atletas comerciales suelen ser atletas con talento que tienen un gran éxito entre el público, que reciben una gran cobertura mediática y que pueden generar ingresos significativos tanto dentro como fuera del ámbito deportivo. Los atletas comerciales son el resultado de los eventos deportivos y de una buena gestión. Este nuevo tipo de atletas se limita a unos pocos deportes pero, debido a la creciente exposición mediática de muchos deportes “menores”, las influencias comerciales pronto serán una realidad para muchos más.

Los atletas comerciales sufren una presión adicional en los Juegos Olímpicos, ya de por sí estresantes. Pueden tener problemas y querer que sus entrenadores, su organización o su misión olímpica los resuelvan. Estos problemas pueden estar relacionados con los medios de comunicación, los patrocinadores o sus agentes, que exigen cada vez más tiempo y energía al atleta.



Los patrocinadores exigen mucho de los atletas. Insisten en que cumplan sus obligaciones y deberes contractuales, como asistir a diversos actos y entretener a sus clientes. El contrato puede incluir un código de conducta que exija un comportamiento irreprochable, la terminación del contrato en caso de delito de dopaje o la imposición de sanciones si el atleta lleva un producto de una empresa de la competencia.

El COI tiene sus propios asociados olímpicos mundiales, que pagan para recibir los derechos exclusivos sobre los emblemas de los Juegos. Cada CON tiene sus patrocinadores, que pagan para recibir los derechos exclusivos que permitirán que su producto sea el producto oficial del equipo olímpico.

El punto 2.3 del texto de aplicación de las Normas 27 y 28 de la Carta Olímpica (2013), establece que: “[Los CON] tienen la competencia única y exclusiva de decidir y determinar la ropa, los uniformes y el material que han de utilizar los componentes de sus delegaciones con motivo de los Juegos Olímpicos y de todas las competiciones y actos relacionados con los mismos.

Los responsables de los equipos deportivos tienen una labor muy importante que desempeñar. Deben ser conscientes de todas estas cuestiones y presiones, y aplicar una política justa y coherente para todo el equipo, y no únicamente para los miembros “comerciales”. Pero lo más importante es la comunicación. Muchos CON exigen actualmente que los miembros potenciales del equipo olímpico firmen un contrato que establezca, entre otras cosas, que los atletas no consumen sustancias dopantes, que se regirán por el código de conducta del equipo y que llevaran las prendas de vestir del equipo cuando la situación lo requiera.

Fuente: Manual de Administración Deportiva. COI 2014.


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